La ruta de la seda fue un legendario camino que utilizaban los comerciantes para pasar sus mercancías de Oriente y Occidente, desde las lejanas tierras asiáticas hasta el Mediterráneo. Alejandría y Bizancio eran los extremos de la ruta situados en Occidente, mientras que la ciudad china de Xian (la ciudad imperial que se convertiría en Pekin) era el extremo en el Oriente.
El comercio fue una parte clave, pues gracias a este camino los comerciantes fueron capaces de introducir a Occidente la brújula, el papel, la porcelana y la pólvora, ademas de compartir nuevos conocimientos en las técnicas agrícolas y las artesanales.
Justamente, el corredor es también reconocido por su importancia para la transmisión de ideas y conocimientos, pues gracias a ellas se compartieron nuevas culturas y religiones.
Durante el siglo VII el monje chino Zhang Qian viajó por la ruta hacia India en busca de la escritura sagrada del budismo. El monje logró recopilar aproximadamente 600 manuscritos y para cuando regreso a China, está religión será adoptada por un gigantesco porcentaje del total de la población, junto con otras religiones como el islam.
Se sabe que su origen data de los tiempos del imperio romano, pues fue Alejandro Magno quien abrió la ruta terrestre hacia la India, situación que indirectamente favoreció la influencia griega en Persia. Sin embargo, fue China quien poco después comenzó a hacer contacto con estos lejanos pueblos para exportar su preciadisima Seda. El pueblo romano quedó asombrado por la calidad que tenían las telas y se volvió un objeto de codicia entre muchos.
La dinámica que se tenia era la siguiente: los comerciantes compraban la seda y la transportaban durante largas etapas para después venderla a otros mercaderes que continuaban su viaje hasta llegar al destino, donde el precio final se incrementaba hasta diez veces. La ruta no era sencilla, estaba llena de desiertos y ladrones que atacaban las caravanas, por eso la seda se consagró como uno de los productos más cotizados durante la edad media.
Justamente, el corredor es también reconocido por su importancia para la transmisión de ideas y conocimientos, pues gracias a ellas se compartieron nuevas culturas y religiones.
"La ruta de la Seda era una red de rutas comerciales entre Asia y Europa, se extendía desde Xian (china) hasta Estambul (Turquía), cruzando diferentes países, entre ellos Uzbekistán, Irán e Irak. Se fabrico por primera vez en China ya hace unos 5000 años."
Se sabe que su origen data de los tiempos del imperio romano, pues fue Alejandro Magno quien abrió la ruta terrestre hacia la India, situación que indirectamente favoreció la influencia griega en Persia. Sin embargo, fue China quien poco después comenzó a hacer contacto con estos lejanos pueblos para exportar su preciadisima Seda. El pueblo romano quedó asombrado por la calidad que tenían las telas y se volvió un objeto de codicia entre muchos.
En el siglo XIII el famoso explorador Marco Polo atravesó la ruta bajo las supuestas órdenes del emperador mongol Kublai Kan. Marco fue uno de los responsables en darle la fama a esta ruta, pues todas sus experiencias fueron descritas en la obra "Descripción del mundo", considerado como uno de los primeros viajes de los que se tiene registro.
Marco Polo se convirtió en uno de los primeros europeos que recorrieron la ruta hasta China, y sus relatos, documentados en Los viajes de Marco Polo, abrieron los ojos occidentales a algunas de las costumbres del Lejano Oriente. No fue el primero en traer de vuelta esas historias, pero fue sin duda el más leído. Había sido precedido por numerosos misioneros cristianos en Oriente, como Guillermo de Rubruck, Benedicto de Polonia, Giovanni da Pian del Carpine y André de Longjumeau. Otros enviados más tardíos fueron Odorico de Pordenone, Giovanni de' Marignolli, Juan de Montecorvino, Niccolò de' Conti, o Ibn Battuta, un viajero marroquí musulmán que pasó por el actual Medio Oriente y que recorrió toda la Ruta de la Seda, desde Tabriz, entre 1325-1354.
Tras la caída del imperio mongol en el siglo XVI la ruta fue prácticamente abandonada porque los caminos ya no eran seguros, además, se descubrió un nuevo acceso marítimo hacia Asia por Vasco de Gama.
Mas tarde, en el siglo XIX, este camino recupero su brillo gracias al trabajo de exploradores y arqueólogos, uno en especial von Richtofen, de origen alemán, fue quien lo bautizó como la "ruta de la seda", nombre que hasta hoy en día sigue inspirando a muchos curiosos que buscan admirar la belleza de sus países y encontrar aventuras como Marco Polo.
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