Todos conocemos a personas
que parece que la vida les sonríe. Suelen estar en el lugar preciso, en el
momento adecuado, y decimos “tiene buena suerte”, “es afortunado”.
Esta semana leía sobre la
existencia de una Escuela de la Buena Suerte, fundada por el Profesor Richard
Wiseman.
Wiseman es un investigador
y profesor británico que usa métodos científicos para investigar aspectos
curiosos de la vida cotidiana.
Comenzó su carrera
profesional trabajando como mago y después estudió y se doctoró en Psicología.
Desde 1995, dirige un departamento de investigación en la Universidad de
Hertfordshire, donde estudia fenómenos curiosos como el engaño, la suerte, y
otros temas del comportamiento humano no estudiados habitualmente por la
psicología.
Durante años, Wiseman
entrevistó y realizó estudios con personas afortunadas. Sus conclusiones están
recogidas en el libro “The Luck Factor”.
En resumen, las personas
que disfrutan de buena suerte tienen en común estas 4 formas de pensar y
actuar:
1. Saben ver, aprovechar,
y crear oportunidades. Tienen una actitud abierta hacia la vida y las demás
personas.
2. Prestan atención no
solo a su razón sino también a su intuición.
3. Esperan cosas buenas de
la vida. Tienen confianza y esperanza en que el futuro será mejor.
4. Ven el lado positivo en
lo que les ocurre. Intentan ser constructivos en todo momento a pesar de las
posibles dificultades que les puedan surgir.
La buena predisposición y
actitud de la persona parece ser un factor clave para la buena suerte, y esto
depende en gran parte de uno mismo.
Uno de los experimentos
que Wiseman realizó consistía en el siguiente ejercicio: les pedía a los
entrevistados que contasen el número de fotografías que había en un periódico.
En la 2ª página, había un anuncio que decía “deje de contar, en este periódico
hay 43 fotografías”. Solo unos pocos afortunados vieron este mensaje. En un
segundo paso, Wiseman colocó un anuncio en el que se podía leer: “Deje de
contar. Dígale al controlador que ha visto este anuncio y ganará 250 dólares”.
De nuevo, muy pocos lo vieron. La mayoría estaban tensos y preocupados por
contar las imágenes y pasaron por alto estas oportunidades de buena suerte.
En la Escuela de la
Suerte, durante un mes, preparan a los alumnos para:
* estar más atentos a las
oportunidades que les pueden surgir
* ser menos rutinarios en
su vida diaria y potenciar su creatividad
* entrenarse para ver lo
positivo en las situaciones.
Al parecer, una gran
mayoría (el 80 %), dice salir sintiéndose mejor y un poco más abiertos a
encontrar su buena suerte.
La suerte depende de uno
mismo. Las oportunidades están ahí para todos. Quizás potenciando estas claves
podamos sentirnos un poco más afortunados.
Hasta pronto y ¡buena
suerte!
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